Se trata de una enfermedad que afecta a cinco millones de personas en todo el mundo, y a más de 200 mil en España y , sin embargo, es una gran desconocida, lo que implica que la sociedad no esté del todo concienciada con las personas que la sufren.

“Me levanto y noto dolor en todas las articulaciones de mi cuerpo, incluso en aquellas que no sabia que existen. Me cuesta ducharme, vestirme, peinarme, coger una taza para servirme un café…, acciones que cualquier persona hace por inercia, sin ni siquiera pensarlo, para mi suponen un verdadero esfuerzo, pero tengo que hacerlo, debo seguir con mi vida, moverme, permanecer activo, si no quiero acabar totalmente incapacitado” Este podria ser perfectamente el testimonio de un paciente con artritis reumatoide.

 

FRENAR LA EVOLUCIÓN

Ya no existen tantas dudas sobre la enfermedad como habia hace 20 años, pero aún hay muchos aspectos de la artritis reumatoide que se deben seguir investigando. Hoy en dia se sabe que es una enfermedad inflamatoria crónica (va a estar presente durante toda la vida del paciente), y de naturaleza autoinmune (el propio sistema inmunológico ataca a las células sanas del organismo).

Afecta de forma simétrica a múltiples articulaciones, especialmente en los hombros, los codos, las muñecas, las manos, las rodillas, los tobillos y la cadera, pero también se manifiesta con otros problemas que repercuten en la piel, los vasos sanguíneos, el corazón, los pulmones, los ojosy la sangre.

Si, como ocurría años atrás, no se sigue el tratamiento adecuado, la enfermedad evoluciona  y en fases avanzadas provoca importantes limitaciones físicas y, como consecuencia, una peor calidad de vida del paciente.

De ahí la importancia de su detección a tiempo, ya que en sus comienzos se puede poner un tratamiento al paciente y evitar su progreso, algo que años atrás no era posible, “hace 20 años, cuando comencé a sentir los síntomas e la artritis reumatoide, mi médico de cabecera no pudo decirme que tenia, tuvieron que pasar casi ocho  años cuando, al hacerme un esguince, me diagnosticaron la artritis reumatoide.”, relata Antonio I. Torralba, presidente de la Coordinadora Nacional de Artritis (ConArtritis).

 

 

ALGO NO VA BIEN

Actualmente, si es posible hacer un diagnóstico precoz de la enfermedad. “Es imporante que cuando una persona note que algo en su cuerpo no esta bien, siente dolor, rigidez, dificultad de movimiento, etcétera, acuda al médico de cabecera para que le haga un estudio y le remita al reumatólogo, si es necesario. De esta forma, ese posible frenar la evolución de la enfermedad. No hay que dejar pasar el tiempo”, resalta el presidente de ConArtritis.

Se puede sospechar del padecimiento de la enfermedad si se nota rigidez articular matutina (es el síntoma inicial) que, sobre todo, afecta a las manos y a los pies. También puede aparecer acompañada de fiebre, y  pérdida del apetito, debilidad muscular, antes de sufrir dolor. Al cabo de unas semanas, o incluso meses, el paciente presentará inflamación articular (hinchazón, calor y enrojecimiento), dolor, tumefacción y falta de movilidad.

En lo que se refiere a la evolución, varía de unas personas a otras, ya que hay quien nota un progreso de la patología a lo largo de toda la vida; mientras que en otros se frena el avance. Sin embargo, la mayoría de ellos sufren lo que se conoce como brotes sintomáticos, es decir, periodos en los que los síntomas se agudizan en las articulaciones  afectadas. Si no se sigue el tratamiento oportuno, estos brotes aparecen con más frecuencia y durante más tiempo, pudiendo provocar deformidades esqueléticas y a  una importante discapacidad al paciente.

 

 

EN BUSCA DE LA MEJORA

Aún no existe cura contra la enfermedad, pero gracias a la combinación de diferentes medidas terapéuticas, es posible aliviar y reducir los síntomas, así como recuperar  un grado importante de movilidad.

En lo que se refiere a los medicamentos, se emplean varios tipos que, normalmente, se combinan:

– Analgésicos y antiinflamaatorios: son los más utilizados, especialmente los no esteroides y los corticoides. Disminuyen el dolor y la inflamación.

– Fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (FAME): detectan la actividad inflamatorio y la frenan. Se usan en largos periodos de tiempo, o de por vida.

– Fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad biológicos: han aparecido recientemente, de ahí que se denominen  de nueva generación. Han cambiado la vida de muchos pacientes porque bloquean los agentes que intervienen en los procesos inflamatorios.

Aunque los medicamentos son indispensables para estos pacientes, para mejorar su calidad de vida también es necesario que realicen ejercicio físico, técnicas de relajación y seguir un tratamiento de fisioterapia.

 

 

¡ APUESTA POR EL EJERCICIO !

Es cierto que en algunos momentos, espcialmente cuando se está sufriendo un brote o la artritis reumatoide se encuentra en una fase muy avanzada, el paciente pierde movilidad, pero los especialistas destacan la importacia de que el afectado se mantenga activo siempre.

Como comentó el doctor García-Muro San José, presidente del Grupo de Fisioterapia en la Actividad Física y Deporte del Ilustre Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad  de Madrid, durante la celebración de la VIII Jornada Nacional de Artritis, “los pacientess suelen pensar que si les duele el cuerpo, no deben moverse, pero si no se mueven, posiblemente no le deje de doler”. El especialista explicó que con la actividad física se pretende:

– Prevenir el deterioro muscular.

– Mantener las articulacioens y el rango articular establles.

– Aumentar la función y la flexibilidad articular.

– Disminuir el dolor.

– Aumentar la capacidad aeróbica y el equilibrio.

– Disminuir el riesgo de caídas.

Una actividad tan simple como caminar, puede ser la mejor medicina contra el dolor, así lo explicó el fisioterapeuta Alejandro Hijarrubia, en el “Fitness Day” que organizó ConArtritis junto con una compañía biofarmacéutica con motivo del Dia Nacional de la Artritis Reumatoide, “un ejercicio físico moderado, como caminar 30 minutos al dia, ayuda a aliviar la rigidez de las articulaciones, a fortalecer los músculos, a aumentar la flexibilidad, a quemar calorías y a fortalecer los huesos, aliviando alguno de los síntomas de la enfermedad”.

senderismo

 

 

FISIOTERAPEUTA, UNA GRAN AYUDA

Este especialista resulta un verdadero “compañero de batalla” para los pacientes con artritis reumatoide, sobre todo cuando no están pasando un periodo de brote porque, como apunta el fisioterapeuta Alejandro Hijarrubia, “es el momento idóneo para proporcionarles la máxima movilidad y potencia muscular para que, cuando aparezca el brote y necesiten estar en mayor reposo, mantengan el tono ganado y nosotros sólo tengamos que aplicarles tratamientos antiinflamatorios”.

Es entonces, cuando el dolor y la rigidez puede llegar a incapacitar al afectado, cundo el fisioterapeuta actúa mediante movilizaciones pasivas, es decir, es el terapeuta el que moviliza las articulaciones, de esta forma no hay un requerimiento muscular por parte del paciente y no le provoca tanto dolor; así se consigue “engrasar” la articulación y que no olvide su capacidad para moverse.

Antes y después de cada sesión se utiliza la crioterapia, ya que el frio es analgésico y antiinflamatorio.

Aunque el trabajo del fisioterapeuta es fundamental para que el paciente se encuentre bien, como apunta Alejando, “no deben depender de nosotros, hay que proporcionarles independencia.

El paciente tiene que conocerse para que instruyéndole, incluso se  aplique él sólo el frio y realice ciertas movilizaciones pasivas. Lo que es fundamental es que haya una comunicación constante y en los momentos de brote estemos a su lado”.

DESMENTIMOS MITOS

> La artritis reumatoide  y la artrosis son la misma enfermedad. FALSO. La artrosis surge por una lesión o debido a un desgaste normal de las articulaciones; mientras que la artritis es un trastorno autoinmunitario progresivo  y crónico.

> Sólo las personas mayores padecen artritis reumatoide. FALSO. Todo el mundo puede sufrirla, incluso los niños, aunque se diagnostica con más frecuencia en personas de entre 30 y 50 años.

> La artritis reumatoide conduce al paciente a la discapacidad. FALSO. Gracias a lo avances médicos, el 94% de los pacientes continúan con su vida normal de forma independiente, y la mayoría siguen trabajando, aunque tengan que hacer algunas modificaciones en sus tareas.

> Los pacientes deben descansar casi todo el día. FALSO. Sus articulaciones necesitan realizar estiramientos y ejercicio para no sufrir atrofia muscular.

 

Información por cortesía de MIFARMACÉUTICO . Marina García con el asesoramiento de conartritis.

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