Cómo actuar ante un esguince de tobillo

Es una torcedura fuerte que deja el tobillo con mucho dolor y que debe ser tratada con cuidado para que no vaya a más. Si no se cura bien puede acabar afectando a la forma de andar y dañar otras partes del cuerpo.

Las torceduras y los esguinces pueden afectar a cualquier articulación del cuerpo, pero se producen con mayor frecuencia en el tobillo. Generalmente, basta con unos sencillos cuidados para calmar el dolor y bajar la inflamación.

El esguince afecta a los ligamentos en distinto grado ya que puede haber una distensión o en casos más severos incluso una rotura. Sea como sea en el momento en que ocurre provoca dolor e inflamación en la zona afectada.

CÓMO TRATAR UN ESGUINCE

En caso de un esguince leve o una simple torcedura, conviene aplicar estas 4 medidas lo antes posible para aliviar las molestias y favorecer la recuperación:

1. Guarda reposo

Es el principal cuidado para no empeorar la lesión. No fuerces la articulación afectada ni intentes moverla con normalidad. En algunas ocasiones, puede ser necesario el uso de un cabestrillo, en caso de miembros superiores, o caminar con ayuda de muletas, si el esguince se ha producido en una extremidad inferior.

2. Usa hielo

Aplica frío en la zona (es la llamada crioterapia) con una bolsa de gel especial para este fin o incluso una de guisantes congelados, envuelta con un trapo. Nunca apliques hielo directamente sobre la piel.

Mantén el frío durante 15 o 20 minutos y repite cada 1 o 2 horas durante las primeras 48-72 horas después de la torcedura. El frío ayuda a reducir la inflamación e incluso puede evitarla si se aplica rápido y se trata de una lesión leve.

3. Eleva la zona afectada

Mantén el miembro afectado en alto, por encima del nivel del corazón. Esto ayuda a drenar la zona y, por lo tanto, también disminuye la inflamación.

4. Comprime la zona

Si la torcedura no es importante (no hay inflamación excesiva), mantener la articulación inmovilizada parcialmente con una muñequera o una tobillera, en función de la zona afectada, permite realizar movimientos con normalidad, pero evitando que se produzca una nueva lesión o que esta empeore.

5. Si es grave…

En este caso, la inmovilización suele ser total y debe realizarse bajo supervisión médica, para evitar daños mayores del ligamento. El regreso a la vida normal será progresivo según vaya curando la lesión y el dolor remita.

La fisioterapia puede ayudar a recuperar la funcionalidad normal de la articulación. Suele consistir en la realización de determinados ejercicios bajo asesoramiento de un especialista y la aplicación de masajes.

Habitualmente los esguinces se curan por completo en un periodo de entre dos semanas y dos meses, en función de la severidad de la lesión.

Los ejercicios de recuperación deben realizarse bajo la supervisión de un fisioterapeuta

Pero hay que seguir bien todos los consejos médicos ya que si no puede quedar “mal curado” y causar lo que se conoce como inestabilidad crónica del tobillo, que provoca un dolor poco importante pero continuo en la zona que puede resultar muy molesto y acabar afectando a la forma de caminar, por ejemplo, causando dolor en otras partes del cuerpo como la cadera o la espalda.

POR QUÉ SE PRODUCE UN ESGUINCE

Un esguince es la lesión de uno o varios ligamentos, que son las estructuras que mantienen los huesos unidos entre sí.

El de tobillo es el más habitual y sucede por un mecanismo de inversión forzada de esta articulación. Al doblarse el pie hacia dentro, se estiran en exceso los ligamentos de la parte externa.

QUÉ SÍNTOMAS ALERTAN DE UN ESGUINCE

Tras una torcedura, lo habitual es que aparezca dolor en la zona. Este aumenta con el movimiento de la articulación y al tocarla. Según avanzan las horas, comienza a inflamarse e, incluso, puede aparecer un hematoma en las 24 horas siguientes a la torcedura.

Si en el momento de la torcedura has percibido una especie de chasquido, es probable que el ligamento se haya roto.

Si el esguince no se cura bien, puede cronificarse

El esguince puede impedir el movimiento de la articulación, por lo que esta deja de ser funcional o bien puede presentar limitaciones hasta su curación. Es importante no forzar la articulación, por ejemplo caminando en el caso de esguince de tobillo, ya que si no se cura por completo la lesión puede cronificarse y reproducirse con la más mínima torcedura.

CÓMO DISTINGUIR SI ES MÁS O MENOS GRAVE

No todos los esguinces son iguales. En función de su gravedad, existen 3 tipos:

  • Primer grado. Los ligamentos se distienden y se deforman más allá de lo que su elasticidad les permite, pero sin llegar a romperse.
  • Segundo grado. Se produce una rotura parcial de uno o varios ligamentos.
  • Tercer grado. La rotura del ligamento es completa.

Si al sufrir una torcedura, el dolor es muy intenso, la inflamación es importante y si no se puede mover la articulación, es necesario acudir al médico para que valore la importancia de los daños y su tratamiento.

¿SE PUEDE PREVENIR?

Una forma de prevenir las torceduras es mantenerse en forma realizando ejercicio físico con regularidad. Eso sí, evita los terrenos que no sean llanos y realiza un calentamiento adecuado antes de la práctica de cualquier deporte. Además, es importante utilizar un calzado adecuado y flexible para evitar lesiones en el pie.

Saber Vivir TV