Las escaras se forman cuando la piel se somete a una presión continuada, al roce o la fricción por desplazamiento, por ejemplo, en personas que se ven obligadas a pasar mucho tiempo en cama o sentadas, sin cambiar de posición. El tratamiento de escaras es sencillo y su curación fácil. Eso sí, hay que actuar rápidamente, porque si se agravan las complicaciones para su curación son mayores y pueden aparecer muchos problemas.

Tipos de escaras o úlceras por presión

Las zonas donde más suelen aparecer las escaras o úlceras por presión son en la espalda, glúteos, rodillas, hombros y la cabeza. Son zonas que no están recubiertas por una cantidad importante de grasa y están en contacto directo con una superficie de apoyo, como una cama o una silla de ruedas.

Dependiendo de la gravedad existen varios tipos de escaras o úlceras por presión:

  • Grado I: Es una úlcera superficial. La piel permanece intacta pero puede doler, picar y puede resultar blanda o dura al tacto. Además, la zona aparece descolorida o rojiza. El tratamiento de las escaras en este caso es preventivo. Hay que lavar bien la zona, secarla y taparla con un apósito.
  • Grado II. La escara se presenta como una herida abierta o una ampolla, ya que la piel resulta dañada y puede haber una pérdida de tejido cutáneo. En este caso, el tratamiento de las escaras es similar al anterior, pero si hay alguna infección en la zona hay que acudir al médico para que la valore e indique las curas que hay que hacer.
  • Grado III. La pérdida de la piel se produce en todas sus capas y el tejido aparece dañado (pero no los músculos o los huesos). Se produce una herida profunda. Las curas debe hacerlas el personal sanitario, por el elevado riesgo de infección que existe.
  • Grado IV. Es el tipo de úlceras por presión más grave. La piel está muy dañada y el tejido se muere (necrosis). Además los músculos y huesos pueden estar dañados y se pueden desarrollar infecciones graves. Al igual que las úlceras por presión de Grado III, el tratamiento de las escaras debe realizarlo el personal médico.

Cómo curar las escaras

Es importante saber cómo curar las escaras o úlceras por presión, para evitar problemas mayores. Y el mejor tratamiento de las escaras es la prevención. Hay que mantener una buena higiene del enfermo cada día y extremándola en las zonas sensibles. Además, aprovechando ese momento se debe observar el cuerpo para notar cualquier cambio en la piel. En cuanto se note un mínimo síntoma hay que consultar con el médico. Y después de la higiene, hay que hidratar la piel. Así evitaremos la sequedad y la falta de nutrición.

A ello hay que ayudar al enfermo a cambiar de postura. Dentro de las posibilidades de movilidad que tenga hay que moverlo cada cierto tiempo para reducir la aparición de escaras. Además, hay que apoyarse en sabanas antiescaras, cojines antiescaras y otros recursos pensados para reducir la aparición de úlceras por presión.

Fuente Orliman