La fascitis plantar es un problema de salud localizado en el pie que es motivo de numerosas consultas en las clínicas de ortopedia y traumatología. De hecho, su nombre proviene de la zona concreta del pie en la que se producen los dolores en cuestión. Se trata de la planta y, más específicamente, la fascia plantar, un tejido elástico que abarca desde el calcáneo hasta la zona de los metatarsos.

La fascitis plantar produce los dolores propios de toda inflamación en su fase aguda. Sin embargo, su cronificación está asociada a molestias que, por el acortamiento nocturno, se hacen más patentes a primera hora de la mañana.

En todo caso, hay que tener en cuenta que la detección precoz de este problema de salud resulta fundamental para empezar con el tratamiento de manera eficaz y llevar a cabo una curación completa. De lo contrario, se puede llegar a producir una calcificación y degenerar en el conocido como espolón calcáneo.

El tratamiento de la fascitis plantar combina diversos objetivos. Por una parte, la propia naturaleza de la patología obliga a administrar medicación antiinflamatoria y, por otro lado, es muy recomendable recurrir a los tratamientos de fisioterapia, algunos de ellos destinados a corregir defectos en la manera de pisar. No hay que olvidar que la fascia tiene una gran importancia biomecánica, puesto que absorbe la energía de las pisadas. Además, hay que valorar que los deportistas (por la realización continua de ejercicios físicos) y las mujeres (debido al uso habitual de tacones) tienen mayor propensión a sufrir esta dolencia.

Por último, en el ámbito de la ortopedia se recomienda el uso de protectores de talón y plantillas (que amortiguan, en este caso, todo el pie), entre ellas destacamos la PL 750 y PL 750F,  adaptadas a la planta y la pisada. Se trata de productos ortopédicos que destensan la fascia y previenen y alivian los dolores propios de la fascitis plantar.

Fuentes

podoactiva.com