Practicar deporte en invierno

Comienza el año y nuestra lista de buenos propósitos suele incluir cuidarnos más y practicar algún deporte que nos permita estar en forma y, de paso, lucir un buen aspecto físico. Además, sabemos que el deporte nos ayuda a mantener el sistema inmune fuerte y el ánimo a tope.

El problema es que para cumplir con esta promesa de año nuevo, además del esfuerzo que conlleva arrancar una nueva rutina deportiva, también tenemos que enfrentarnos al frío, la lluvia e, incluso, la nieve. El invierno, sin embargo, no tiene que ser un impedimento. Compartimos contigo algunos consejos para que puedas comenzar a practicar deporte desde ya:

Para empezar

Antes de salir de casa, piensa en la ropa que vas a necesitar para sentirte confortable sin pasar demasiado calor. Ten en cuenta que, una vez que rompas a sudar, te sobrará ropa por mucho frío que haga. Evita las prendas de algodón ya que, aunque ofrecen una sensación muy agradable frente al frío, absorben el sudor y conseguirán que te quedes helado. Busca prendas sintéticas, que transpiren, e intenta llevar varias capas para poder deshacerte fácilmente de alguna si lo necesitas. No te olvides de las manos y los pies, ya que reciben menos riego sanguíneo y tardan bastante en entrar en calor.

Una vez que ya tengas el atuendo adecuado, conviene que realices un calentamiento más completo de lo que acostumbras ya que, con las bajas temperaturas, las fibras musculares están más contraídas de lo habitual y les cuesta ponerse en marcha. Además, un buen calentamiento evitará que sufras posibles lesiones.

Mientras practicas deporte

No olvides hidratarte. Por mucho frío que haga, en invierno también se pierde gran cantidad de agua a través del sudor y puedes deshidratarte. Además de llevar agua siempre encima, un gel energético de azúcares de absorción rápida te ayudará a prevenir una posible bajada de azúcar, y además será un aporte energético muy positivo para la práctica deportiva.

Para recuperarte

Cuando finalices, no pares de golpe. Tómate un tiempo para el enfriamiento: ve bajando la intensidad poco a poco hasta detenerte.

No olvides estirar los músculos que has trabajado, pero ten cuidado y elige bien el momento: si el ejercicio ha sido poco intenso, estira nada más acabar. Pero, si ha sido muy exigente, la recomendación es esperar un período prudencial para estirar con el fin de no provocar desgarros musculares.

Además, existen bebidas post-entrenamiento, que te ayudarán mejorar la recuperación después de la práctica deportiva.

Si llegas a casa con las extremidades muy frías, no uses agua demasiado caliente para recuperar la temperatura porque puede dañar aún más los tejidos. Es mejor que utilices agua tibia, junto con un masaje ligero y movimientos suaves. Por supuesto, si ves que la zona está muy afectada o casi congelada, no dudes en ir a tu centro de salud.

En actividades de montaña

En esta temporada es muy común practicar actividades en la montaña como el trail running, la escalada o el esquí de fondo. Son deportes divertidos, pero con cierto riesgo, y por eso es necesario tomar precauciones:

  • Procura no ir solo e informa a alguien de la actividad y el lugar en el que vas a estar.
  • Sal siempre bien preparado, con ropa apropiada —preferiblemente impermeable—, y ten presente las posibles inclemencias del tiempo: tormenta, niebla, nieve o aludes, comunes en alta montaña.
  • No olvides llevar el móvil bien cargado, un mapa o una brújula, alimentos, agua y ropa seca de recambio.
  • Un fotoprotector que resista las condiciones extremas es fundamental, así como llevar los ojos bien protegidos en caso de que haya nieve, ya que ésta refleja cerca del 80% de la luz solar.
  • No intentes llegar más allá de lo que te diga la lógica y la prudencia. Los accidentes pueden ocurrir, incluso en esas montañas que conoces tan bien. Sé precavido.

Fuente Bauerfeind