Oximetro

El oxímetro es uno de los aparatos más útiles en la práctica clínica, su objetivo es medir los niveles de saturación de oxígeno en sangre. Ideado durante la II Guerra Mundial ha evolucionado mucho.

La dificultad para respirar es uno de los síntomas asociados con el nuevo coronavirus. Aunque la mayoría de las veces es un signo fácil de detectar por el paciente, no siempre es así, ya que hay casos en los que esta disnea no es percibida por el afectado, dando lugar a una hipoxia o falta de aire silenciosa.

La detección de ambas circunstancias han hecho que en los últimos meses se disparen las ventas de los llamados oxímetros o pulsioxímetros domésticos, aparatos que sirven para medir la saturación de oxígeno en sangre, pero ¿son realmente eficaces? ¿los expertos los recomiendan?

Eusebi Chiner, neumólogo y director de la sección de Pacientes de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), ayuda a resolver estas dudas.

Aunque parece un aparato de reciente creación, la realidad es que no es así. De hecho, según informa el experto, “el oxímetro o pulsioxímetro fue ideado en la II Guerra Mundial para que los pilotos pudieran subir a mayor altura sin peligro” ya que con su uso “podían calcular la altura máxima a la que podían subir sin oxígeno”.

En la actualidad, estos aparatos se utilizan para “medir los niveles de saturación de oxígeno en sangre”, es decir, “una forma indirecta de saber el oxígeno real que hay en la sangre”, aclara el experto.

Uso y limitaciones del oxímetro

Existen muchos oxímetros o pulsoxímetros en el mercado pero todos tienen el mismo mecanismo de acción. Tal y como indica Chiner, “la forma de medir la saturación es a través de la luz polarizada”.

El aparato como tal “se pone en el dedo, que es una de las partes del cuerpo, junto con el lóbulo de la oreja, donde existe más microcirculación”. De esta forma, al pasar la luz polarizada por el dedo “se pueden medir los glóbulos rojos que van circulando por el organismo e interpretar cuánta hemoglobina está circulando por él y calcular, así, la saturación de oxígeno en la sangre del paciente”.

En opinión de Chiner, “se trata de uno de los aparatos más útiles en la práctica clínica y que han evolucionado mucho”. Han pasado de ser instrumentos “muy grandes y caros” a ser “pequeños y asequibles” para todo el mundo, de ahí su aumento en ventas en estos tiempos.

Pero, como todo, los oxímetros también tienen sus limitaciones y pueden dar lugar a error. Así, por ejemplo, es importante saber que “llevar las uñas pintadas puede falsear la medición así como tener alguna condición física por la que la circulación no funcione bien, ya que el hecho de tener problemas de circulación en sangre hace que baje la saturación de por sí y dar falsos niveles”.

Según el experto, esta es una situación muy habitual y que “ocurre mucho en la práctica clínica diaria, sobre todo en gente mayor”. Muchos de ellos, apunta, “tienen este tipo de aparatos en casa y acuden a urgencias pensando que tienen falta de oxígeno en sangre cuando no es así”.

Lo mismo ocurre con la fiebre, “a veces el hecho de tener una subida de fiebre puede hacer que baje la saturación de oxígeno y dar valores inferiores a los óptimos”, advierte. “Esto, que es algo normal, se produce porque aumenta la velocidad del flujo sanguíneo con la fiebre”.

También es importante tener en cuenta que, como informa el neumólogo, “en ocasiones, los oxímetros pueden perder precisión, sobre todo cuando la persona tiene niveles bajos de saturación de forma persistente”. Este tipo de situaciones, segura Chiner, “puede hacer que las mediciones no sean muy precisas” y, de nuevo, dar lugar a error.

Niveles óptimos de saturación y cuándo acudir a urgencias

En su opinión, es clave conocer todos estos aspectos antes de adquirir un oxímetro, para un buen uso, pero también lo es saber cuáles son los niveles óptimos de oxígeno en sangre y qué enfermedades puede ocultar una baja saturación.

En este sentido, explica Chiner, “si los valores normales de oxígeno en sangre rondan el 95 o 100 por ciento, los de saturación de oxígeno rondarán el 90 o 100”. Estar por debajo de estos niveles, informa, “sería un signo claro de bajada de oxígeno en sangre y, por tanto, de alerta”. Tal y como apunta Germán Peces Barba, vicepresidente de Separ, “los pacientes con neumonía que tengan valores de 93 o por debajo debarían acudir a urgencias”.

En casos así, nos tendríamos que poner en contacto con nuestro médico para descartar posibles problemas graves de salud. Y es que, tal y como informa el experto, “la baja saturación de oxígeno en sangre suele responder a una patología pulmonar o, incluso, cardíaca”.

En el caso de una patología pulmonar, continúa, “la saturación puede bajar por un ataque agudo de asma, por ejemplo, o de insuficiencia respiratoria en enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC)”. También puede ser signo de “otras patologías relacionadas con el pulmón, como fibrosis pulmonar o fibrosis quística, y en neumonías, como la causada por Covid-19, que se ha visto que produce hipoxia”.

Ahora bien, con toda esta información, ¿sería recomendable tener en casa un oxímetro? En opinión del experto en Neumología de la Separ, de manera generalizada, “no debería recomendarse, ya que el oxímetro no es como un termómetro”. De la misma opinión es Peces Barba. “Su uso en personas sanas no tiene sentido”, apunta.

Por lo general, “las personas sanas no tendrían que medirse la saturación porque, en principio, no tendrían ninguna enfermedad que les hiciera pensar que tienen el oxígeno bajo”, indica Chiner.

En el caso puntual de una neumonía, como la causada por la Covid-19, según Peces Barba, “sí sería muy recomendable porque indica cuándo ha bajado la saturación y cuándo hay que acudir a urgencias!”.

También son muy recomendable, tal y como apunta Chiner, “para la monitorización de pacientes crónicos, tanto en pacientes con oxígeno domiciliario como en aquellos que tienen patología previa respiratoria”. Su uso por estos pacientes “ayudaría a detectar síntomas de alarma”.

A la hora de comprarlos, su consejo es “adquirirlos en farmacias u ortopedias y, fundamentalmente, a los fabricantes clásicos”. En este caso, “merece la pena gastarse un poco más de dinero y comprar uno de calidad”.

¿Cómo se utiliza un oxímetro? Instrucciones de uso

Para un correcto uso del oxímetro es importante:

  • Verificar que el oxímetro tiene pilas. Encender el oxímetro o pulsiómetro.
  • Evitar tener las uñas pintadas o con algún tipo de lesion u hongo.
  • Hay que evitar que el dedo esté húmedo o sudoroso.
  • “Leer bien las instruciones de uso” y hacer la medición “en reposo, sentado o tumbado, para una medición fiable”.
  • Es importante que el paciente no se mueva durante la medición.
  • “Conocer qué significan cada uno de los datos que aparecen en los oxímetros”. Y es que, “uno de ellos indica el porcentaje de saturación y el otro la onda de pulso que debe ser regular en todo momento para que la medición sea la correcta”, aclara Peces Barba.
  • Si los valores normales de oxígeno en sangre rondan el 95 o 100 por ciento, los de saturación de oxígeno rondarán el 90 o 100. Por debajo de sería un signo claro de bajada de oxígeno en sangre.
  • Los pacientes con neumonía que tengan valores de 93 o por debajo debarían acudir a urgencias.

Fuente Cuidate Plus