La artrosis de la articulación trapeciometacarpiana se expresa inicialmente con la aparición de rigidez y disminución del rango de movimiento debido a la degeneración del cartílago y deformidad articular, produciendo dolor y pérdida de la función. Este dolor aumenta con el movimiento de pinzamiento y la palpación de la articulación, pudiendo confundirse con el dolor que presenta el síndrome de Quervain.

El objetivo del tratamiento ortésico consiste en estabilizar e inmovilizar la base de la articulación trapecio-metacarpiana impidiendo la movilidad de la articulación, especialmente en los movimientos de prensión, lo que contribuye a la disminución de la inflamación y el dolor, aumentando la funcionabilidad y la capacidad de pinzamiento.

Las órtesis diseñadas para estabilizar la articulación TMC han evolucionado en el tiempo. Inicialmente eran largas, manteniendo la oposición del dedo y estabilizando la TMC en abducción, a la vez que dejaban libre la movilidad de la articulación interfalángica del pulgar, permitiendo el reposo de ligamentos y músculos.

Sin embargo, actualmente se viene tratando con una nueva férula más liviana cuyo objetivo es dejar libre las articulaciones MCF e IF del pulgar y estabilizar la articulación TMC en abducción palmar. Así, se evita la subluxación dorsal del primer metatarsiano mientras el pulgar queda libre para realizar la pinza.

Otros modelos de órtesis realizados en distintos materiales como el neopreno o materiales textiles con refuerzos (ballenas y/o flejes) han demostrado su efectividad en el tratamiento de la artrosis trapeciometacarpiana.

Informacion  por gentileza de: blog de Orliman,  www.ortopediaprofesional.com