Neuroma de Morton

El neuroma de Morton es una degeneración del nervio digital plantar acompañada de una fibrosis (engrosamiento) alrededor del nervio. Usualmente se localiza entre el 3º y 4º metatarsiano, aunque a veces se puede presentar entre el 2º y 3º. Muy raras veces se presenta en otras posiciones.

Una patología bastante frecuente que solemos encontrar en Ortopedia Ejido es la del Neuroma de Morton, por ello compartimos este artículo de Podoactiva donde se ofrece mayor información sobre el mismo, con el objetivo de detectarlo y tratarlo. Su incidencia en las mujeres es 6 a 18 veces mayor que en los hombres y puede presentarse a cualquier edad.

¿Cuál es su origen?

El origen del neuroma de Morton es la irritación por compresión del nervio interdigital entre las cabezas metatarsianas.

Dicha irritación puede producirse por una sobrecarga mecánica en dicha zona, siendo la forma de pisar uno de los agentes causales más importantes. El origen no está solo en el pie, ya que por ejemplo el hecho de tener la musculatura de la parte posterior de la pierna acortada (gemelos, sóleo, etc.) favorece el aumento de carga soportada en la zona metatarsal del pie y por tanto favorecerá la aparición del Neuroma.

También el uso de zapatos de punta estrecha y tacón pueden favorecer su aparición ya que favorece por un lado la mayor dorsiflexión de los dedos y por otro lado la compresión de la zona metatarsal

Una pronación del pie muy brusca cuando caminamos o corremos también puede tener un efecto directo en la generación del Neuroma de Morton.

Así pues es muy aconsejable realizar un correcto estudio biomecánico en el que podamos diagnosticar si la forma de pisar puede estar generando una sobrecarga en la zona que favorezca la irritación del nervio. Si es así, el tratamiento deberá de estar dirigido a disminuir la sobrecarga generada en dicha zona mediante una plantilla personalizada diseñada para tal efecto.

Síntomas del neuroma de morton

El paciente se queja de un dolor mecánico, similar a una descarga eléctrica que aumenta por la tarde o de un dolor acentuado después de mantenerse de pie durante un tiempo. El dolor puede ser más o menos intenso según el calzado utilizado, empeorando con el uso de puntas estrechas.

El dolor afecta a la parte delantera del pie correspondiente a los dedos en contacto con el neuroma. Raras veces se presenta durante la noche. Algunas actividades como el correr, caminar o bailar ballet aumentan la dorsiflexión de los dedo y la sobrecarga en la zona. Esto nos indica que la sobrecarga mecánica tiene una incidencia directa en el Neuroma.

¿Cómo se diagnóstica el neuroma de morton?

Desde el punto de vista clínico, en el 30% de los casos el neuroma de Morton no se observan anormalidades. Al apretar con una mano las cabezas metatarsianas mientras se aplica presión con la otra en el interespacio plantar y dorsal se suele provocar un dolor intenso. También se produce dolor a la presión transversa de la parte delantera del pie (signo de Mulder). A veces, al presionar las cabezas metatarsianas se produce un “click” producido por el movimiento del neuroma en dirección dorsal.

A veces el Neuroma de Morton se confunde con una metatarsalgia de origen mecánico (sobrecarga) por lo que es necesario realizar algunas pruebas radiodiagnósticas para confirmar su existencia.

Las pruebas diagnósticas utilizadas son la ecografía y la resonancia magnética, no siendo visible en una radiografía normal.

Tratamiento

El tratamiento inicial debe de estar encaminado a intentar eliminar la sobrecarga mecánica, por un lado realizando un cambio de calzado:

  • Utilizar una horma más ancha en la zona de los dedos.
  • Limitar el uso de tacones.
  • La altura de pala debe ser suficiente para que el antepie no quede comprimido. Hemos de entender que cuando caminamos nuestros dedos se dorsiflexionan (se doblan hacia arriba) y es preciso que el interior del calzado permita dicho movimiento. Por eso es importante caminar cuando nos probamos unos zapatos nuevos y ver que no notamos excesiva presión en los dedos o uñas al hacerlo.

La siguiente medida consistirá en la realización de un estudio biomecánico de la marcha y el diseño y fabricación de una plantilla personalizada que consiga eliminar la sobrecarga mecánica en la zona.

El tratamiento de fisioterapia encaminado a desinflamar la zona y a dar mayor flexibilidad al pie y a la polea muscular de la pierna también ayudará a disminuir los síntomas.

Las infiltraciones también pueden resultar satisfactorias en la fase aguda, aunque no se aconseja realizar más de tres en un año.

Estos tratamientos suelen ser efectivos en el 70% de los casos

Si el tratamiento conservador no consigue resolver el problema, deberemos de plantear la opción quirúrgica, con la que se obtienen buenos resultados, pero siempre debería de ser una opción a valorar una vez agotadas las vías anteriores.

Fuente Podoactiva