La rehabilitación es una especialidad de la medicina que se ha tecnificado mucho en los últimos años. Es vital para la recuperación de una persona tras un ictus, un accidente de tráfico,en la ELA, o simplemente en cualquier caso de discapacidad. Es útil en muchísimos casos y siempre con el mismo objetivo: mejorar la calidad y dignidad de vida de la persona que, por cualquier circunstancia o enfermedad, se ha visto mermada.
Además, cada vez ocupa un lugar más importante en nuestra sociedad, ya que la población está más avejentada y presenta un mayor grado de discapacidad. En este sentido, la doctora Roser Garreta, presidenta de la Sociedad Española de Rehabilitación y
Medicina Física (SERMEF), explica en una entrevista a Infosalus que la rehabilitación es “súper importante” porque la esperanza de vida es cada vez mayor y hay ciudadanos mayores con enfermedades crónicas, y la mayor parte de ellas deja algún grado de
discapacidad.

“Cada vez hay que poner más calidad y dignidad a esos años de vida. La discapacidad supone un problema importantísimo a nivel de salud, social y económico. En 2011 el Banco Mundial y la OMS presentaron un informe en el que alertaban sobre la discapacidad y su impacto, y en la necesidad de que los gobiernos cada vez le concedieran mayor importancia y, en consecuencia, más medios”, añade la médico rehabilitadora.
Así, la también jefa de servicio del Hospital universitario Mutua de Terrasa indica que un médico rehabilitador se encarga de evaluar y tratar las disfunciones y la discapacidad de una persona, con el objetivo de resolver o minimizar la minusvalía que se va a derivar
de determinadas patologías, tanto quirúrgicas o médicas. “Son personas con discapacidad y el objetivo del médico rehabilitador es recuperar esa función al 100 % o si no recuperarla al máximo”, precisa.
Trabajan concretamente con distintos grupos de edad, tanto adultos como niños, y en una cartera muy amplia de patologías, desde un paciente neurológico que ha sufrido un ictus, hasta una persona que ha padecido un traumatismo craneoencefálico, personas con ELA, niños con parálisis, pacientes con enfermedades neurodegenerativas, o con enfermedades raras, entre otras.
Asimismo, la doctora Garreta subraya que la rehabilitación también es útil en el caso de patologías musculuo-esqueléticas, tales como las fracturas de huesos, lesiones deportivas, la artrosis, o en enfermedades degenerativas propias de la edad, por ejemplo;
así como con todo lo relacionado con el dolor, que se aborda con técnicas intervencionistas; además de tratar, por ejemplo a un paciente geriátrico que ha sufrido infarto, etc.
Según destaca, el médico rehabilitador suele trabajar siempre dentro de un equipo interdisciplinario, formado por profesionales de distintas especialidades ante la diversidad de patologías. “Aparte del equipo propio de rehabilitación, que incluye logopedas, fisioterapeutas, enfermeros, psicólogos, asistencia social, licenciados en Ciencias del Deporte, o técnicos ortopédicos, entre otros, también se trabaja con cualquier otro especialista médico que tiene que ver con la patología básica por la que paciente ha
sido remitido a rehabilitación”, subraya.
A su juicio, otro aspecto importante es que como se trata pacientes agudos, que están críticos, pero también que son crónicos, que están en su casa, hay distintos niveles asistenciales en la medicina de rehabilitación. “Los pacientes pueden estar en el hospital de agudos, o bien en centros monográficos que se dedican a pacientes con trastornos neurológicos, por ejemplo, o bien en unidades de subagudos y convalecencia, así como en la asistencia primaria”, indica.

TÉCNICAS MÁS FRECUENTES
Así, y antes de plantear un tratamiento, la médico rehabilitadora dice que se debe evaluar al paciente y, a partir de ahí, plantear cuál es el tratamiento más adecuado, así como los objetivos que se quieren conseguir con cada paciente.

Los tratamientos, según asegura, han de ser individualizados y estos van desde la fisioterapia hasta la terapia ocupacional, para por ejemplo volver a enseñar al paciente actividades de la vida diaria, como vestirse, asearse o comer, por ejemplo; la logopedia en
casos de trastornos del lenguaje; técnicas que emplean la realidad virtual o la robótica, como los exoesqueletos; la rehabilitación intervencionista con las infiltraciones de toxina botulínica, por ejemplo; además de la telemedicina, que el paciente desde casa se
comunique con el especialista en rehabilitación.
Por otro lado, la experta de SERMEF llama la atención sobre el hecho de que, en su opinión, hay que ser capaz de dar un paso más para “rentabilizar la rehabilitación comunitaria”, aquella que se puede realizar dentro de la comunidad, de forma que, por ejemplo, una abuela a la que se le haya operado de una prótesis de cadera, tras hacer rehabilitación en el hospital y en casa, para que se mantenga activa, también se le envíe a un centro cercano donde, de alguna manera, y con personal entrenado, se le eduque a la
hora de mantener una vida activa.
Finalmente, la doctora Garreta recuerda el Plan de Rehabilitación 2030 de la OMS que llama a los distintos gobiernos a enfocar sus recursos hacia un problema sanitario como es el de la discapacidad, cada día más grande y, con el objetivo de mejorar la rehabilitación de los pacientes. Según defiende, España debe ponerse las pilas en este campo.

Artículo con procedencia: Infosalus.com

 

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