¿Qué es el esguince de muñeca?

El esguince de muñeca, conocido coloquialmente como muñeca abierta, es una lesión bastante común que se produce cuando los ligamentos -bandas de tejido fibroso, fuertes y flexibles que unen los huesos de la articulación en la posición adecuada y la estabilizan- de la muñeca se estiran más allá de sus límites o se rompen total o parcialmente.

El ligamento de la mano que más se lesiona es el escafosemilunar, que une el hueso escafoides con el hueso semilunar. Ambos son pequeños huesos que se sitúan en el carpo, que es el conjunto de huesos de la base de la muñeca y que consta de dos hileras de cuatro pequeños huesos cada una. El semilunar y el escafoides están en la primera hilera. Aunque existen otros ligamentos en la muñeca, es menos frecuente que se lesionen.

Con frecuencia, el esguince de muñeca suele producirse por una caída en la que extendemos la mano para protegernos y la muñeca se fuerza, normalmente por una hiperextensión. También puede producirse por un golpe, un mal gesto de la mano o movimientos reiterados. Puede doler y limitar el movimiento de la mano.

Su gravedad puede oscilar desde un estiramiento mínimo de los ligamentos a un desgarro completo, aunque es más habitual que tenga carácter leve. El esguince de muñeca debe tratarse correctamente para evitar que se cronifique con reposo, inmovilización y si fuera necesario, alivio del dolor y la inflamación con fármacos. En los casos más graves, puede ser necesaria la cirugía.

¿Cuáles son las causas del esguince de muñeca?

Como hemos comentado, las causas más frecuentes de esguince de muñeca son las caídas con la mano extendida, los golpes, los malos gestos -por ejemplo, se tuerce o dobla con fuerza- y los movimientos bruscos.

También la sobrecarga de la articulación debido a movimientos repetitivos puede provocar esta lesión, ya sea por hiperextensión o hiperflexión. Por este motivo, el esguince de muñeca es más frecuente en tenistas, jugadores de pádel o de golf, esquiadores y algunos trabajadores.

Otros factores que aumentan el riesgo de padecer un esguince de muñeca son la falta de coordinación o equilibrio y la inadecuada flexibilidad o fuerza de los músculos y ligamentos, así como no usar muñequeras al practicar actividades en las que puede haber caídas.

¿Qué tipos de esguinces existen?

Según el grado en que el ligamento está afectado, existen tres tipos de esguinces de muñeca:

  • Grado I: el ligamento ha sufrido una distensión (estiramiento), pero no se ha roto. Se produce una pequeña inflamación y dolor leve al mover la muñeca. En algunas ocasiones, puede aparecer un hematoma.
  • Grado II: existe una rotura parcial del ligamento. Hay mayor inflamación y dolor moderado al mover la articulación, así como inestabilidad leve. Puede aparecer hematoma.
  • Grado III: la rotura del ligamento es total. Ello provoca inflamación, deformidad, gran inestabilidad en la articulación y la imposibilidad de moverla. Los hematomas son frecuentes y el dolor, al principio, puede ser inferior al de grado II. Se trata de una lesión grave que, por regla general, requiere atención médica y quirúrgica.

En el caso de que la lesión no se trate adecuadamente, los músculos y ligamentos de la muñeca pueden quedar debilitados y dar lugar a un esguince de muñeca crónico.

¿Qué síntomas produce el esguince de muñeca?

Como acabamos de ver, la gravedad de los síntomas dependerá de si el esguince es de grado I, II o III. En general, podemos reconocer que sufrimos esta lesión de la muñeca si se presentan:

  • Inflamación y sensibilidad alrededor de la muñeca.
  • Enrojecimiento y moratones (hematomas, más frecuentes en grado III).
  • Dolor, especialmente en la parte externa, al realizar el movimiento de giro con la muñeca o al tocar la zona.
  • Pérdida de movilidad y fuerza.
  • Inestabilidad de la articulación.
  • Sensación de estallido o desgarro dentro de la articulación.

¿Cómo se cura un esguince de muñeca?

En caso de sufrir un esguince de muñeca, es fundamental tratar la lesión correctamente para evitar problemas a largo plazo como dolor crónico, inflamación, rigidez articular, artritis o la necesidad de una cirugía. Lo más aconsejable es acudir a un centro médico para que realicen el diagnóstico. Normalmente, además de la exploración, se suele realizar una radiografía de muñeca. La intención de esta placa es descartar fracturas y otras lesiones ya que los ligamentos no se ven en las radiografías.

El tratamiento adecuado dependerá de su gravedad, pero, generalmente, abarca las siguientes medidas:

  • Reposo, inmovilización, aplicación de frío y elevación de la muñeca. Durante las primeras cuarenta y ocho horas, se debe dejar que la muñeca descanse con el fin de reducir el dolor y la hinchazón. Puede recurrirse al uso muñequeras que la mantengan en posición neutra y la protejan, aunque, en los esguinces de grado II, puede ser necesaria la inmovilización con una tablilla o yeso. También debe aplicarse frío para reducir la inflamación. Para ello, se debe colocar hielo envuelto en un trapo o pañuelo, para no quemar, la piel tres veces al día durante veinte minutos. Por último, siempre que sea posible, debe mantenerse elevada la muñeca por encima del corazón.
  • Medicación analgésica y antiinflamatoria. Siempre bajo prescripción médica. Los medicamentos antiinflamatorios y/o analgésicos pueden contribuir a aliviar el dolor y la hinchazón. Debe respetarse la posología y la duración del tratamiento que indique el médico.
  • Realización de ejercicios de fisioterapia. Tras el tiempo que considere el traumatólogo, y siempre bajo la indicación y supervisión de un profesional sanitario, pueden realizarse ejercicios isométricos -en los que se somete el músculo a tensión sin movimiento- para mejorar la fuerza, flexibilidad y movimiento de la articulación.
  • Cirugía. Puede ser necesaria en los esguinces de grado III. Puede ser artroscópica (mediante un conducto que inserta el cirujano y fibra óptica conectada a una cámara) o abierta.

Siguiendo las anteriores pautas y de forma aproximada, los esguinces leves y moderados se suelen recuperar en pocas semanas y los graves pueden requerir algo más de tiempo, especialmente si se ha requerido una intervención.


¿Cómo se trata el esguince de muñeca crónico?

En algunas ocasiones, si la lesión de muñeca no se ha tratado o no se ha hecho correctamente, el esguince de muñeca puede cronificarse. En ocasiones, se observa cronificación meses o incluso años después de ese esguince no correctamente resuelto. El tratamiento puede ser postural y farmacológico (con uso de férulas y medicación, incluyendo las denominadas “infiltraciones”). Se debe evitar la automedicación y si hay molestias en una lesión antigua, lo adecuado es acudir al médico.

En el caso de que estas medidas no sean eficaces, puede ser necesario también recurrir a la cirugía. Los procedimientos pueden ser una fusión parcial de la muñeca, la extirpación de huesos artríticos o el reemplazo o la fusión total de la muñeca.

¿Cómo prevenir el esguince de muñeca?

Puede reducirse el riesgo de sufrir un esguince de muñeca adoptando las siguientes medidas:

  • 1. No fuerces la articulación. Tanto en el trabajo como llevando a cabo cualquier actividad cotidiana, trata de evitar los movimientos repetitivos de la muñeca para disminuir la sobrecarga de la articulación. Si son inevitables, protégela con una muñequera adecuada.
  • 2. Protege tu muñeca cuando hagas deporte. Usa muñequeras protectoras al practicar deportes en los que haya riesgo de caídas como el patinaje o el esquí, ya que estas son una de las principales causas del esguince de muñeca. Puedes consultar con tu farmacéutico para que te recomiende la solución más idónea para el tipo de actividad física.
  • 3. Mira por dónde pisas. Cuando el pavimento esté mojado o resbaladizo, camina con mucho cuidado para evitar caerte.

Fuente: Cinfasalud